Cuantas veces he
pensado, debería plasmar esto en el blog, debería compartir esta experiencia
con los demás, ¿por qué no escribo hoy? y siempre tenía la misma contestación…
¡Ojalá tuviera más tiempo!
Cada día por aquí es
una aventura, dos semanas desaparecido del blog dan para mucho, el problema va
a ser contaros todo lo que a mí me gustaría. Creo que por aquí no se puede
contar lo vivido con todo lujo de detalles… tomando una caña por tierras
segovianas a lo mejor sí, que ya se echa de menos.
El día a día aquí transcurre
con normalidad, ayudando en la cocina y en las distintas aulas de manitos trabajando, programando las
sesiones de formación de los lunes, visitando y disfrutando de la Tortuga,
participando en la realización de juegos y actividades en las ludotecas, etc.
Pero aquí no dejan de sorprenderme y el día a día se transforma…
Después de tanto
tiempo cuesta ubicar cada uno de los acontecimientos en una línea temporal,
pero haré todo lo posible por conseguirlo, a veces se nos junta todo.
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Heidi en Manitos trabajando |
Tanto a María como a
mí, la experiencia que tuvo lugar en la cárcel de Río Seco marcó un antes y un
después en nuestra aventura en Piura, tanto que aprovechando que nuestra amiga
Apolonia ha empezado a impartir clases de pintura a los presos; y que ha venido
Heidi, una amiga estadounidense de Gabi que hipnotiza a todo aquel que la
escucha tocar el violín, repetimos experiencia, esta vez sin actividad marcada.
Como no quiero
extenderme mucho, resumiría esta visita en un visto y no visto, pues es como a
mí se me pasaron las 2 horas que allí estuvimos. Apolonia comenzó con su clase,
Gabi, María y yo, acompañamos a Heidi que tocó para los alumnos del taller de
música del penal, los cuales también nos mostraron sus dotes musicales, algunos
de ellos conocían el violín por la película de Titanic, otros jamás habían oído
hablar de este instrumento, y mucho menos se habrían imaginado que alguien lo
tocara para ellos. Poco a poco comencé a ver caras que me eran conocidas, y al
igual que la vez anterior, estaba cómodo,
a gusto, tanto como para poderme mover por los diferentes espacios del
pabellón. Pude entrar a conocer los talleres en los que los reclusos pasan gran
parte de su día, el taller de confección, el de baile, o incluso de
marquetería… Pero sin duda, también conocí un poco más a algunos de los jóvenes
que se encuentran allí.
Comencé a hablar especialmente
con dos de ellos. Cuando quise darme cuenta estaba debatiendo con ellos de
nuestras vidas, nuestras inquietudes, de la sociedad, de infinidad de cosas…
Llegué a identificarme con ellos en muchos aspectos, pero hubo dos momentos que
me marcaron especialmente.
Afirmaron que “En la cárcel como en el hospital, no hay
amigos… Te das cuenta que la familia es quien más te apoya y quien de verdad
está ahí, cualquiera vale para salir de borrachera”, una afirmación como
esa me hizo pensar en cómo es la vida dentro del penal, pero también en cómo es
la vida de esos chicos cuando llega el día en el que salen de allí. Ahora
entiendo a Gabi cuando habla de la necesidad de acompañar a los reclusos no
solo durante su estancia en prisión, sino también en su reinserción en la
sociedad.
La segunda afirmación,
“Yo he cometido un error en mi vida que
estoy pagando, y doy gracias de que existan personas como ustedes que creen en
el cambio”, es una razón más que anima a esos chicos a luchar día a día.
Podría seguir
hablando de ello, pero desde aquí os animo a que cada cual consiga reflexionar
y extraer sus propias conclusiones e ideas de todo esto.
CANAT, como ya afirmé
en su momento, lucha por el cambio social no solo en los niños y adolescentes a
los que ayuda. Reflejo de ello ha sido la unión de esta y otras muchas
entidades y personas con la artista internacional Betsy Casanas para la
realización de un mural.
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Mural de Piura |
Como la propia Betsy
define en las redes sociales “Este mural es una colaboración de artistas de
Piura, estudiantes y educadores del Colegio Víctor Rosales, activistas y
miembros de la comunidad”, pero aunque ella no lo diga a través de las mismas,
con murales como éste, Betsy busca contribuir al cambio. No se trata de hacer
algo bonito en una fachada (que también), se trata de involucrar a la sociedad
del lugar en una lucha, en el cambio y la mejora de su entorno, y lo logra a
través del arte comunitario. Merece la pena informarse un poco sobre la vida y
las obras de esta ARTISTA. Personalmente, le doy las gracias por permitirme ser
parte de esa obra y de esa lucha por el cambio de la sociedad mundial.
Pero como os podréis
imaginar, entre semana y semana está la Tortuga. Este último fin de semana ha
sido muy diferente pues Heidi y Betsy nos acompañaron a conocer y disfrutar
esta calita pesquera y sus gentes… Hubo momentos únicos para recordar: Heidi
tocando en la playa de Lobo para los pescadores, la acampada nocturna junto a
la hoguera, el atardecer en la playa del cenizo, las pizzas caseras con
Apolonia y Ana María en su horno artesanal… En fin ¡la alegría contagiosa de la
Tortuga! muchos momentos a cada cual más especial.
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Ana María, Apolonia, Betsy, Gabi, Heidi, Kimberly y los voluntarios con los niños de la Tortuga |
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Atardecer en la Tortuga |
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Artesanía en la Tortuga |
Y para no dormirnos
en los laureles como decimos por allí, el lunes tuvimos la tercera de las
sesiones de formación de monitores. Tocaba compartir y descubrir qué es la
programación para cada uno de los que allí estábamos, y así programar la
actividad que tiene prevista manitos
jugando para el viernes 15, el Primer Encuentro de Ludotecas. Ya os
informaré de los resultados. Para concluir como en el resto de sesiones, un
poquito de juegos y dinámicas.
Creo que las sesiones
están cumpliendo con los objetivos que nos marcamos al inicio de esta experiencia.
En manitos jugando no sólo he podido
participar en los juegos y actividades sino que como en ocasiones anteriores
acompañé a Juanita en sus visitas y terapias con las niñas que poseen
dificultades en el habla, algo que está siendo de lo más novedoso e interesante
para mi formación como docente, especialmente ahora que estoy comenzando a
estudiar Educación Infantil.
En definitiva, este
tiempo ha sido un no parar de experiencias y vivencias de lo más
enriquecedoras, de las que poder extraer muchas y diversas conclusiones.
Me gustó conocer la
visión que algunos presos con los que hablé tenían de la educación, es grato y
motivador que te digan que los maestros desempeñan uno de los papeles más
importantes para la sociedad.
Por otro lado,
gracias a Betsy y a Heidi, he sido capaz de vivenciar algo que desde hace
tiempo rondaba por mi cabeza, la importancia que asignaturas como “educación
artística” o “educación musical” tienen en la educación de los niños españoles,
es inversamente proporcional al potencial educativo y personal que poseen. A
través de la música de Heidi con su violín, o la formación musical que se
imparte en manitos trabajando se
consigue un gran desarrollo de la persona, tanto individual como social. A su
vez, con obras como las que desarrolla Betsy, vemos cómo el arte educa y enseña
múltiples valores de gran trascendencia social.
Al igual que aquellos
presos, yo creo en el cambio y quiero pensar que es posible, que con acciones
como las que lleva a cabo gente como Betsy, Heidi, Gabi, los voluntarios y
muchas otras personas la sociedad cambiará para mejor.