jueves, 2 de enero de 2014

El principio...

Un mes en España y no soy capaz de dedicar un rato a escribir cómo ha sido la vuelta… Podréis imaginaros con esto, que cuanto menos movidita.

En estos momentos no sabría decir si un mes es mucho tiempo o no, son solo 4 semanas, pero dan para mucho, con pensar en todo lo vivido en Perú durante 9 que estuve...

Fue duro marchar a otro lugar, fue duro abandonarlo, pero también ha sido muy duro el volver al que siempre ha sido nuestro hogar. Jamás imaginé lo difícil que puede llegar a ser la vuelta a la “normalidad”, y no estoy hablando de los problemas de salud que el frío segoviano me ha obsequiado, es que lo vivido en Perú quiera o no, ha marcado un antes y un después en mi vida.

Parece mentira, pero a pesar de tener ganas de volver a tu casa, a tu habitación, a ver a la familia, amigos, retomar tus aficiones… todo ello ha sido complicado, ¿cómo puede ser así si es mi vida, mi día a día, mi “normalidad”? He tardado todo un mes en encontrar la respuesta a esa pregunta, ya no soy el mismo.

Como ya dije en la entrada anterior, he vuelto de disfrutar de una experiencia extraordinaria de dos meses, pero en ese corto periodo de tiempo, mi vida ha sufrido múltiples cambios que para nada son fáciles de asimilar.

Ya me habían advertido de ello, pero no terminaba de creer eso de que “la vuelta es lo más duro de un viaje como este”...

Desde el primer instante que llegué, Perú se encargó de plantar una pequeña semilla en mí, a medida que avanzaban los días, se encargó de regar y cuidar de esa semilla, para que poco a poco fuesen brotando de ella raíces, las cuales se nutrían de cada experiencia que allí estaba viviendo, tanto buenas como no tan buenas… Pero ha sido al llegar a España donde aquella pequeña semilla ha pasado a ser un pequeño arbolito, que día a día crece más frondoso y lleno de vida, al asimilar todo lo que Perú le regaló y que a día de hoy sigue haciéndolo.

Ahora ese pequeño arbolito forma parte de mi jardín, de mi vida, donde yo me encargaré de realizar los cambios necesarios para cuidarlo y mantenerlo, donde yo decidiré hasta dónde crecerá, y si al igual que ocurrió conmigo, dejará caer a mi alrededor alguna de sus pequeñas semillas…

Puedo decir que vivir una experiencia como esta me ha hecho darme cuenta de que en esta vida hay que moverse, hay que involucrarse y volcarse con lo que uno piensa y defiende, que siempre habrá momentos (de todos los tipos), habrá quien te apoye y quien no, pero tus decisiones son tuyas y de nadie más, pero ojo… debemos tener en cuenta que el resto está ahí, y lo que tú decidas también tiene sus repercusiones en ellos, más de lo que nos pensamos.

A lo largo de mis 23 años, han pasado por mi vida muchas personas, más incluso de las que pueda recordar, pero este viaje me ha hecho ver que esté donde esté, no voy solo, en mí están los valores que algunos de ellos me han enseñado, en mí están los conocimientos que otros me ofrecieron, pero también los que no, están los sentimientos que alguien despertó en mí, o los que sin quererlo alguien me mostró… todo ello y más, me hace, me crea, y día a día me modifica como persona. Gracias a todos.

El ser humano tiene una cualidad preciosa, ser feliz buscando que el resto lo sea... Es por esto que cada vez creo más en mí, en las ganas de vivir, en las ganas de sentir, de aprender, de equivocarme, disfrutar y compartir mi vida.


2 comentarios:

  1. Sin palabras....eres un GRANDE! =)

    ResponderEliminar
  2. Como pone en el otro comentario, no hay mucho que decir después de esta útlima entrada, toda una declaración de intenciones con el mayor reto posible: entender que la felicidad es mucho mayor cuando es compartida. Yo también creo en ti, Guillerrmo, en los dos, porque ha sido una gran experiencia, todavía mejor por el hecho de compartirla. Solo un consejo, desde aquí se puede hacer mucho también, hay que buscar nuestro espacio para seguir plantando semillas que puedan dar fruto.
    Ha sido un privilegio poder leer y comentar este blog, me siento verdaderamente afortunado, he aprendido y he sido testigo, como bien explicas, de que ya no eres el mismo, pero creo que ha sido todo para mejor. Espero que sigas haciendo disfrutar a la gente que tengas al lado, y ojalá sea como maestro, los niños tendrán suerte de contar con un profe como tú.
    Con cariño,

    Roberto

    ResponderEliminar